Por mucho que la sociedad quiera meterme en la cabeza que todo el mundo es igual, no, me niego. Llámame lo que quieras, pero para mi cada persona es única y exclusiva, cada sexo es único y exclusivo, y aunque estemos millones de personas pisando la tierra, nadie es igual.
Ahora, que todos tengamos los mismo derechos y deberes, ahí sí. Eso lo apoyo firmemente.
La sociedad, dicen que evoluciona, pero algunas veces debería quedarse tal y como está. Al fin y al cabo, nuestra idiosincrasia nos hace iguales que antaño en muchos aspectos, y de hecho, el pópulo está conforme con seguir esa forma de vida.
Anoche me impactó una cosa viendo el partido Madrid- Barça. Si hay algo que me guste menos que escuchar a un grupo de tios hablar sobre fútbol, es escuchar un grupo de mujeres hablando de fútbol. No puedo, es superior a mi. Yo no tengo mucha idea, ni me importa, lo justo para saber que juegan 22 en el campo y punto. Pero ellas...menos aún...buff!!!
Piensa lo que quieras. Y ahora, ponte en esta situación: ¿cabe en tu mente, una reunión de tios, hablando sobre colores de paredes? que si garbanzo, rosa pastel, azul cielo, blanco roto... ¿a que no te cuadra? ¿y hablando sobre qué complemento se va llevar este verano?
Llámame intolerante, o lo primero que se te ocurra (sin insultar, claro) pero hay cosas, que por mucho que la sociedad se empeñe, no deben cambiar;no hay que equipararlo todo, de forma que cada uno mantenga su esencia, eso que nos da nuestra exclusividad, que nos distingue entre hombres y mujeres, entre jovenes y mayores.
Y sobre todo, cuando opines, basa tus argumentos en conocimiento. Así por lo menos, no quedas mal.