jueves, 29 de abril de 2010

X: Ideas

A veces tengo tanto sueño que no puedo dormir. Me preocupa, porque siempre he caído fácilmente en los brazos de Morfeo, y mi problema era no saber cuando despertar.
Pero esta noche, no se que tengo por dentro que no consigo bostezar, síntoma de que ha llegado mi momento de conectar con el más "pa'llá"

Aún, a tan solo 3 días de mi regreso de tierras Yucatecas, sigo acumulando todas las imágenes, todos los momentos de lo que aconteció en el barco(probablemente en otro post en breve). Mis amigos, mi amiga, mi familia, las señoras...Cuantas risas, cuantos bailes, paisajes, cuantas confidencias y cuantos abrazos reconfortantes.
Y es que a veces, no es necesario convivir junto a alguien para quererlo tanto, y volver a ponerlo en mi camino, significa muchas cosas. Prefiero definirlo como un "amor atemporal", en el más amplio sentido de la palabra Amor.


Pero creo que lo que más me ha podido revolucionar esta noche, es un comentario de agradecimiento. Simple, humilde, que unido a otros espontáneos, me han dado que pensar. Ante la tremenda y caótica situación del sector donde trabajo, me he dado cuenta que el ser humano, al menos frente a otro, no es tan malvado como parece, pues, detrás de los problemas económicos que pueda haber en el entorno, he hallado un grupo de personas responsables de unos hechos que ya no deberían ser delegados en ellos. Y tras innumerables historias y lamentaciones, intentar sacarles una sonrisa, escucharlos, o visitarlos simplemente, se está convirtiendo en un efecto boomerang y mi trabajo, con una palabra está siendo recompensado.
Porque ya lejos de lo que pudiera parecer obligación, y después de tanto tiempo detrás de un mismo objetivo, siento la "necesidad" de contactar con ellos, y de darles ánimos, aunque sinceramente creo que es la única vez en mi vida que soy tan pesimista, y no le veo un futuro al sector sin que nadie salga dañado.

Los que sois ajenos a las noticias, no entenderéis mucho de lo que puede suponer ver una empresa grande, ardiendo poco a poco, y cada miembro, ser como un vaso de plástico cerca del fuego, que se derrite hasta desaparecer, sin poder hacer nada.
Como siempre, por culpa de una mala gestión, este año, tras 100, estará marcado negativamente.

Nunca habría pensado en que yo pudiera estar dándole vueltas a algo así, ni mucho menos escribiendo sobre ello a estas horas de la madrugada. Pero, a veces, hacen más una palabra, un abrazo, o una llamada "devuelta" que cualquier mejora económica laboral, para seguir pensando en que quiero estar donde estoy.