lunes, 3 de noviembre de 2008

Capítulo 26: La comunicación indeseada

Estamos en la era de la comunicación, o eso dicen. Me refiero, porque es precisamente ahora, cuando más medios tenemos para ello, es cuando más solos estamos.O cuando más solos queremos estar.

Raro es la persona, que no mire su correo diariamente, se conecte al Messenger, mire su Tuenti o Facebook, mande un sms o haga una perdida sin ton ni son. De hecho, me resulta extraño que alguien joven, ni siquiera tenga acceso a internet. O no sepa utilizarlo.

Pero también, tanta comunicación, tiene sus consecuencias negativas. Entre otras, el saber que te tienen controlado todo el día. En esa es la que me centro en estas líneas.

Parece que han pasado miles de años, desde que quedábamos a las 8 en un sitio, e ibas sin poner malas escusas y puntual, porque si no lo hacías, la otra persona podía estar esperándote durante horas. Y lo bonito que era llegar todos los días a casa, y mirar el buzón a ver si recibías carta de tus colegas del pueblo o una postal de algún amigo que estaba en el extranjero.

Ahora no. Quién no ha tenido problemas con la pareja (el que tenga) por no coger el móvil cuando te ha llamado, o por cortar la llamada (cuando quizás simplemente estuvieras ocupado) o por recibir mensajitos o por leer mensajitos del /de la otro/a. 
El hecho de tener un teléfono que se mueve contigo, ha provocado en todos un exceso de control sobre el prójimo que repercute en nuestra tranquilidad emocional. 
Me refiero, a que vivimos por y para la comunicación, pero a la vez huimos de ella. Es un toma y daca que nos mantiene "vivos" diariamente. No nos gusta que nos llamen para decirnos que dónde estamos, pero si nos dejamos el móvil en casa, nos supone un trauma ("seguro que ahora llego y tengo 15 perdidas y 3 mensajes")y ya no te digo, si nos quedamos sin batería en un viaje.

La cosa empezó como siempre, por los ejecutrones y gente con pasta. Pero poco a poco se fue lanzando a todos los públicos, y lo que más tardaron, como siempre, los "padres" que suelen ser reacios por naturaleza a todo lo que implique "novedad". Y ahora, resulta curioso ver a gente de más de 50 años, mandando chistes en  Nochevieja a todos los colegas de la oficina.

Todo tiene un punto de saturación, por eso hay que saber cuando puede llegar el tuyo para controlarlo antes de que suceda. 

El post me lo ha provocado una pareja gritando en mitad de la calle, porque él había llamado a las 2 de la tarde y ella no se lo había cogido porque no podía, y cuando le devolvió la llamada, él no se lo cogío porque se había cabreado como consecuencia de la incomunicación anterior. Friamente, me parece absurdo que demos lugar a esas situaciones, aunque yo también las haya sufrido.

"X eso y xq llevba muxos días kriendo scribir sobr el tma n qstion,oy ha sio el día q pgaba scribirlo. Si tenes alg q dcirm,mandm 1sms y m l cuents, ok?!bss.cnt!