domingo, 22 de junio de 2008

Capítulo 13: Madrid


Cuando pisas Madrid por primera vez, te impacta. Probablemente hay pocas ciudades en el mundo que impacten como Madrid. Y de esto, los ciudadanos no son conscientes. De hecho, probablemente un forastero sepa más de Madrid que un oriundo. A mi me pasa.

Estoy encantada estando aqui, aunque suene a conformista.

Me impacta. Cada día, descubro algo nuevo, siempre hay algo que me llama la atención. Como el chico que toca la guitarra en la Parroquia de detrás de mi casa. Es un crack, y probablemente no se haya dado cuenta nadie. Pero a mi me llama mucho la atención.

O como la gente que va bailando en el metro, mientras escuchan su mp4, intentando que descubras que tipo de música llevan puesta.

Algo que me impacta mucho, es la cantidad de ocio que ofrece. Y la cantidad de gente que hay siempre haciendo cola para asistir/ver/oir/ esa oferta. Ayer, asistí a un mercadillo londinense en uno de los sitios más castizos de la ciudad, en Ventas, y después al Festival del Día de la Música, donde pude deleitarme escuchando a mis queridos The Sunday Drivers, entre otros.


Madrid es curiosa, eso hay que tenerlo claro. No es tan mala como parece, ni tan distinta a un pueblo, realmente, siempre hay gente a la que conoces de vista, y gente tan asidua como tú a los lugares que te gustan. Eso si, siempre hay gente en todos lados.

Lo que más llama la atención, es el pasotismo de sus habitantes. Nadie te mira, nadie te escucha, pero siempre hay alguien vigilando,pues por todos sitios hay cámaras de seguridad. Pese a que la gente lo sabe, parece que no es consciente de ello.


Por todos sitios hay luces, tiendas, transporte público, y parquímetros. Y zonas verdes/azules. Y farmacias. Creo que no he visto un sitio con tantas farmacias por metro cuadrado.


Pero lo mejor es la cantidad de edificios llamativos, enormes y raros. Desde el de Correos, hasta una de las cuatro Torres. Desde el de Metrópolis, hasta las Torres Kio.


Madrid me gusta. Madrid gusta.