miércoles, 29 de julio de 2009

Capítulo 72: El hijo del Sol (Piloto)

-Discrepo , señor. En ningún momento pretendo buscar en mi prójimo símbolo de debilidad para sentirme más fuerte. Al contrario, en mi camino hacia la felicidad lo único que quiero encontrar es una reciprocidad en sentimientos, una igualdad en carencias y dones, una confianza ciega equiparada a la amistad más pura que te brinda un hermano. Pero busco la pasión, no la comodidad del cariño...

-Quítate el sombrero...

-No intente distraerme. No le voy a permitir ni una crítica más...

-Acércate.

-Mi paciencia ha tocado fondo y no tolero un comentario de ese tipo...

-Deja de hablar-continuó con rotundidad- Ven.

Y atrayendo hacia él su cara, sostenida por debajo de la mandíbula, la besó dulcemente. Ella mantuvo sus ojos abiertos durante unos segundos que le parecieron horas, a la vez que se preguntaba qué debía hacer, si separarse bruscamente y marcar con su palma el rostro de él, o dejarse llevar por el cálido sabor de sus labios.

-Me encanta verte cabreada- susurró con voz mansa

-No tiene vergüenza ninguna, ¡suélteme!

Pero a la vez que de su boca salía esa orden, su cintura se curvaba cada vez más, dejándose llevar por el abrazo de él, poco a poco más intenso y dominante.
Finalmente se dejó arrastrar por la tensión sexual que había entre ambos. Acababan de pasar del odio al amor en una frase, en una mirada sostenida que hablaba por sí sola.

Se fundieron como una pieza de cera cerca de una lumbre, y durante unos minutos fueron un solo cuerpo. Mientras todos seguían con su vida alrededor de aquel cuarto, tan solo el gemir de ella fue interrumpido cuando con su mano tapó su boca. Todo el mundo era ajeno a lo que estaba naciendo en aquel momento, y nadie les obligló a continuarlo.

Hacía tiempo que sus caminos se habían cruzado. Fue probablemente un cúmulo de circunstancias las que hicieron que se juntaran....


¿Te ha gustado? ¿Consideras que debo continuar escribiéndolo?

martes, 28 de julio de 2009

Capítulo 71: Con mis dedos

Os puedo contar con los dedos de mis manos.
Incluso, creo que necesito un pie. No sois muchos, pero habeis estado ahí cuando os he necesitado. A veces, hasta incluso apareceis por sorpresa, me conoceis bien y sabeis que si no sonrío es por algún motivo.

Con algunas, he convivido y trabajado compartiendo una de las mejores etapas de este ciclo; con otros, he tomado más de un café y os conozco desde que empezamos a compartir juguetes en el cole o apuntes en el insti o universidad; también estais los que os he visto un par de veces en mi vida, pero a través de una pantalla me aconsejais de manera gratuita y afectiva, y nunca cae en vacío; otro, pese al tiempo, la distancia y otras relaciones de por medio, me aguantas todas mis historias de novela rosa.
También tengo a alguien que llegó hace poco a mi entorno, y entre risas y lecturas, ha conseguido darme la confianza que necesitaba para no desmoronarme y seguir adelante.

El porqué de este post, realmente no lo se. O tal vez sí. Es importante que sepais que aunque pueda fallar muchas veces, de cada uno guardo un pedacito que me hace ser yo. Sois mis amigos.
Porque por lo que yo entiendo por amistad es lo que he conseguido con vosotros. Creo, que aún no me he peleado con ninguno de los mencionados. Y hasta creo, que ni tan siquiera he llegado a discutir.

Se que también, hay alguien más en distinta escala. Por suerte, o por desgracia, sobrepasamos una línea que nadie dibujó, y que tal vez no debieramos haberlo hecho. Y que ahora, no se en que lado estas. Pero tampoco se si quiero averiguarlo pronto, o dejar que pase el tiempo y que defina para ambos donde permanecer. Siento no poder aclarártelo aún.

Porque se que confío en vosotros, que habéis sido sinceros conmigo (siempre, por favor), que me respetáis es recíproco; os valoro, os pido consejo, os cuento mis historias y me aguantáis. Cada uno, no tenéis nada que ver con otro, ni en gustos, ni en ambientes, ni en edades, ni en trabajos, pero estais ahí siempre.

GRACIAS


miércoles, 22 de julio de 2009

Capítulo 70: Cinismos

Cínico es hacer creer que ha habido un cambio de sentimientos y se vuelve a querer, o tal vez, seguir queriendo y lo cínico es fingir lo contrario.
Cínico, es un beso a destiempo, con la única pretensión de marcar territorio.
Cínico, es planear la misma historia de siempre, la que nunca que se llega a realizar.

Lo mismo de cínico tiene tratar con la frialdad que trato cualquier tema de dos, sin darle importancia ya a nada... Porque realmente, he intentado encontrar algo que creo que no existe. Así que mientras busco algo similar a lo que había construido en mi cabeza, me voy a relajar, a empezar de cero, a intentar no hacer daño y sobre todo, a cubrirme las espaldas.

Intenté darlo todo, pero lo dí sin la certeza de saber si por el camino, iba a ir perdiendo intensidad. Tendré que certificar mis envios para asegurarme de que lo que hago, no lo hago en vano.

Cínico, es este post. Es uno de mis grandes defectos. La verdad, la dura y puta verdad, solo está en mis ojos.


domingo, 19 de julio de 2009

Capítulo 69: Don't stop the music

No quiero. Me niego. No, no y no. No me apetece volver a la rutina,quiero otra vuelta más
en mi barquito, en mi Sueño del Océano.
Volver de vacaciones siempre se hace un poco cuesta arriba, pero cuando he disfrutado tantísimo,
superando mis expectativas con creces, más aún.

Porque el hecho de que madrugar para desayunar recien llegados a puerto,mirando al mar,
la cantidad de cosas ricas que ofrecen, no fuera un suplicio, el resto del día se planteaba cuesta abajo.

Increibles playas de aguas cristalinas y arenas blancas, paisajes repletos de vegetación,
casitas de colores en cada una de las ciudades, especias, olores y sabores distintos y una gran
calidad humana por todos sitios, que con un inglés wachimeri por ambas partes, la conversación fluía sin
problemas.

Podíamos estar horas tirados en la costa, volver al barco, comer y disfrutar de las piscinas, del sol,
de los mojitos y de los juegos y música del buque. Unas cuantas medallas, premios y diplomas por hacer
el gamba en toda mi salsa.

Luego, un ratito antes de cenar, momento de chapa y pintura, y lista. Preparada para recibir la noche
con los brazos abiertos.
Cena, a la carta como señores, perfectamente atendidos. Un poco de espectáculo en el Broadway, y disco.

Música, música y más música por favor. Que no pare. Porque lo mejor del día, era terminar bailando
con alguien que me llevara en los merengues, salsas, bachatas y hasta los reaggetones más sucios. Mientras todas se morían
un poquito de envidia, yo tenía a un perfecto showman haciendome compañía.
Maldita obsión la mía,el no poder parar las caderas cuando algo pinchado por mi amigo DJ Junior estaba sonando.

A veces no hace falta terminar algo para saber que ha pasado y, dependiendo de la intensidad, puede ser tan perfecto como si hubiera concluido.

Un viaje, igual de increible que los que llevo hasta ahora. Algunas caras conocidas, que me hacían sonreir cada noche,
pero sobre todo, me quedo con la certeza de saber que la música, volverá a sonar, cuando los pies
pisen tierra firme.




miércoles, 8 de julio de 2009

Capítulo 68: Así, sí

Después de un día no muy bueno desde temprano, y bastante ajetreado en su continuidad, nada como acabarlo, con una ducha fría y una llamada de teléfono del que es hoy por hoy el hombrecillo más importante de mi vida: mi sobrino Marcos(3 años), diciéndome: Tita, te quiero. Así, sí.
¿Por qué cambiarán tanto luego?



lunes, 6 de julio de 2009

Capítulo 67: Turisfilia

Brazo arriba, brazo abajo, brazo arriba, brazo abajo... Disculpadme, estoy ensayando mientras escribo un movimiento sutil de llamada. Lo siguiente, es la frase: Camarero, por favor, un mojito!
Lo siento, en estas fechas, no pega otra cosa que ir dando envidia sobre destinos vacacionales. Por suerte, dedicándome al sector, me esperan unas vacaciones de lujo. Y, ciertamente, no es una expresión cariñosa. Es una realidad, la cual, por cierto, no tiene nada que ver con el precio.
El caso, es que va a ser un viaje muy marcado por muchas cosas. Por la compañía, lo primero, aunque repito con un par de buenos acompañantes.Por el destino, por supuesto, me esperan fantásticas playas caribeñas.

Pero sobre todo, por lo que dejo, y por lo que empiezo. Dejo algo más de un semestre de cambios, altibajos, sorpresas, alegrías y lágrimas. Trabajo, mucho, cosas nuevas que aprender; amigos que han pasado, y amigos que están empezando a pasar por mi vida. Y claro, también están los de siempre, que aunque no estén físicamente, son un gran aporte a mi estabilidad emocional. Aunque quizás cuando vuelva, no se que me voy a encontrar.

Hay una frase, que alguien importante para mi me enseñó, que dice que un viaje que no deja huella en tu corazón no es un viaje. Para mi, tan importante es que deje huella en tu corazón, como que tú seas capaz de dejarla en los corazones de aquellos que han convivido contigo en una nueva experiencia. La duración, el lugar, o el entorno, da lo mismo. Un fin de semana en Jaén me puede aportar más incluso, que unos días en la playa. Lo importante de todo esto, del turismo, es el conocimiento, lo que recibes, y lo que das.

Como turistóloga profesional, y cada vez más de vocación, os invito a que conozcais, y a que enseñeis por el mundo, a que vayais dejando huellas, y por supuesto, que lo inmortaliceis con una buena fotografía.