Alguno me podrá decir que si voy a dar catequesis o algo así, pero para nada es lo que pretendo con este post. Surge, a partir de un comentario que no es la primer vez que me dicen: ¿por qué eres tan buena?
No se si lo seré o no, pero si se que ética, mi forma de ver la vida y la educación que he recibido me han enseñado a portarme "bien".
Quizás por eso, me cueste menos trabajo hacer sonreir a la gente, y transmitir felicidad y optimismo que hacer que se sientan mal. Se que hay mucha gente que disfruta con ello. Pero lo que no quieras sentir, no lo hagas.
Este fin de semana, he comprobado lo que es convivir en paz. La verdad que mi situación ha cambiado mucho, y ahora tengo una posición bastante positiva. Y quizás también, por esta misma razón, el domingo terminó mejor de lo que me esperaba. Mis compañeras me dicen que siempre estoy riendo. Esto, lógicamente, es un 90% verdad. El otro 10% , me lo guardo para algún momento de bajón transitorio. Pero hasta en esos casos, encuentro a mi gurú de la felicidad: un mail en el momento justo, un comentario de refilón, o como ayer, un bebé devolviéndome la sonrisa.
Mi conciencia está tranquila, y mis niveles equilibrados. Si hay alguién que se empeñe en hacerme daño, que siga intentándolo que algún día se cansará.