Vengo de un día piscinero. Es lo que tiene Madrid, mucha urbe, mucha modernidad, pero de secano total...Así que hay que tirar de las albercas artificiales.
Ya sabéis, que me encanta observar. Y que la piscina es un foco de temas para hablar.
Pero hoy, como iba con el Primo, la conversación ha sido distinta.
Así que me ha dado por pensar, sobre lo que veía, y dos temas os planteo: ¿por qué los hombres no se depilan? ¿que tiene que ver masculinidad con higiene? ya no es moda, sino comodidad.
Venía en el dominical hoy un reportaje sobre ello, sobre las tendencias actuales de depilación.
Y es que es verdad chicos. La suavidad, la comodidad, y lo estéticamente bonito que resulta un pechito, una espalda, unas axilas por no hablar de otras partes...¿de verdad que no lo habéis probado?
Si a las mujeres se nos exige por norma, y comparamos con otros países vecinos cuando queda algún pelillo mal visto, ¿por que ellos no? Que es un latazo, sí, doy fe. Que nada más que pensar en como una cinta de cera arranca uno a uno cada vello, mientras que tu sientes como si un alfilerito te va pinchando en cada poro, da dolor, pues sí. Pero también la sensación es muy buena. Suaaaaaaaaaaaave...
suaveeeeee....suaaaaaveeeeee.... y limpio. Da esa sensación. De verdad, creedme.
Y el segundo tema: ¿por qué las rubias no se afeitan el bigote? ¿de verdad creen que porque tengan el vello rubio, no se les nota? si hay algunas, que mientras piensan, se retuercen las puntas y hacen caracolillos. Señoras, que se nota, o mejor dicho, que pinchan.
Desde aquí mi llamada o mi consejo a ambos: hombres y rubias, el vello, no es bello. Mejor por defecto, que por exceso. Que la naturalidad no es excusa para no hacerlo.
Regalo unas caricias al que lo pruebe.