miércoles, 24 de septiembre de 2008

Capítulo 21: Sobre maridos y sofás


Quiero un marido. Si, hoy lo he decidido. Tambien quiero un sofá, rojo, o blanco, al ser posible. Lo he pensado hoy y me apetece.
Quiero amueblar un piso, el mío, aunque no tenga, o mejor dicho, y en relación al post, el nuestro.
No te pienses que me he fumado algo...que no es el caso. Todo viene por el catálogo de Ikea de la nueva temporada.

La cosa está en que todo es taaaan bonito, todo tan bien diseñado, que dan ganas de compartirlo. De tener una vivienda, de poner una mesita baja delante de la tele para poner los pies mientras comes palomitas en un bol morado con lunaritos y el churri te tiene cogida y apoyada en su pecho. Que tierna imagen. Me emociono y todo.

Y no porque no tenga churri, que no lo tengo, sino porque de aqui a que yo pueda tener el ansiado salón de mis sueños, puede ser que el  Guadalquivir comience a desembocar por Murcia (que hermosa eres...). Con eso lo digo tó!

No soy pesimista,  sino realista. Así que mientras espero sentada a que me toque la lotería, sueño con llegar a casa y que mi maridito me reciba con los brazos abiertos, me pregunte que tal fue el día, y me diga: cari, he visto una funda nórdica nueva que quedaría de lujo con las cortinas que te gustaron!

Eso si, puestos a pedir, que tenga coche. Mejor aún, que tenga tanto dinero que me lo regale cuando hagamos una semana de novios 

Hala! dicho queda!