sábado, 19 de diciembre de 2009

Capítulo 98: Me borre a mí

Sabes mejor que nadie, que me fallaste, que lo que prometiste se te olvidó;
sabes a ciencia cierta que me engañaste, aunque nadie te amara igual que yo.
Llena estoy de razones para despreciarte, y sin embargo quiero que seas feliz.
Y allá, en el otro mundo, en vez de infierno encuentres gloria, y que una nube de tu memoria me borre a mí.
Dile al que te pregunte, que no te quise. Dile que te engañaba, que fui lo peor.
Échame a mi la culpa, de lo que pase, cúbrete tú las espaldas, con mi dolor. Y allá, en el otro mundo, en vez de infierno, encuentres gloria, y que una nube de tu memoria me borre a mí.



Creo que no he podido encontrar mejor canción para dar por finiquitado este tema. Viniendo en el taxi, después de la cena de empresa, estaba sonando en la radio. Siempre me ha gustado y me ha recordado a muchas situaciones, pero creo que es la banda sonora perfecta para este final.
Porque, ya no hay vuelta de hoja. Esta vez, era de verdad. Aún no entiendo la razón, pero por una vez, el Rubio, no me ha mentido.
Y aunque todo pase, pensar que hace un año eran mis labios los que besaba, y no los que ha vuelto a besar esta noche, máxime si lo presencio con mis propios ojos, duele.
Pero no es un dolor de Oh! me acabas de partir el corazón!. Es un dolor de ahora si te he perdido para siempre, y no entiendo nada.

Pues eso, no tengo razones para seguir queriéndote, porque no hay motivos que las provoque. Y porque estoy harta de hacerlo a escondidas. Y como dijo Albert Hammond en su día, llena estoy de razones, pa' despreciarte, y sin embargo, quiero que seas feliz.
Que te vaya bien. Feliz Navidad.