martes, 10 de noviembre de 2009

Capítulo 91: No te pega

De cuando en cuando, y sobre todo cuando ese cuando coincide con un puente, bajo a Jaén y quedo a cenar con mi amigo Alex.
Nos conocemos desde hace ocho años, y por circunstancias de la vida y porque eramos los dos normales en una clase para retrasados, hizo que nos uniéramos y nos hiciéramos fuertes juntos. Pero la realidad de la amistad profunda, se dió cuando un día, bajando a la Universidad nos encontramos en la calle y decidimos hacer el camino juntos. Desde entonces, pese a no ser una amistad continuada, es una de las más fuertes, así la veo yo.
Pues este fin de semana, decidimos ir a cenar al mexicano. Es uno de nuestros preferidos, y en un ambiente totalmente tranquilo, nos contábamos nuestras confidencias más profundas.
El caso es que seguimos un juego paralelo, que de momento, comprendemos solamente nosotros.
Decidimos ponerle nombre a ello: No te pega. Y es que después de varias historias, y de distintas explicaciones, comenzamos a pensar quién de los que nos rodeaba, haría buena pareja con el otro.
Duro, un juego realmente duro, porque como buenos amigos, teníamos que dar la razón de porqué no:
"Mira el del caballo en la camiseta.... Como te vea con uno así, te dejo de hablar...No te pega"
"Pues mira tú la del minivestido y los taconazos...esa no Alex, que tu madre es muy conservadora y le daría algo verte con una así....No te pega...."
"Pues el de la camiseta de argentina te está poniendo ojitos, y tiene toda la pinta de no haber acabado ni la ESO, ni se te ocurra..."
"Ja! mira la rubia aquella, creo que en vez de darte un hijo te podría dar un nieto directamente...esa te deja seco nene..."


El caso es que nos rodeaban ejemplos negativos, lo que nos dió a pensar que: a) o teníamos que cambiar nuestras ideas sobre la belleza/estilo deseado; b) estamos tan quemados que cada vez somos más exigentes.

Creo, realmente que nos decantamos por la opción B.
Porque él cree de mi, que soy capaz de ver el lado bueno de todo el mundo, y me dejo engañar esperanzada en que puedo sacar algo positivo, y yo pienso de él que el entorno que le rodea no es el óptimo para conseguir a la mujer que lo merece.

Así que de momento, nos seguimos teniendo el uno al otro, aguantándonos nuestras historias raras y pensando en que por lo pronto, aún nos quedan años que pasar juntos compartiendo magníficas veladas de conversaciones y música "popera".