martes, 30 de agosto de 2011

XL: By your Side

Le gusta hacerse el dormido, mientras beso su cara. Mientras recorro su espalda desde esa curva perfecta hasta llegar a su nuca. Y cuando intensifico las caricias, su piel me responde estremeciéndose, y el vello de sus brazos se eleva, como si quisiera salir volando.

Le gusta que bese su mano, y observe sus dedos, esos que me amarran fuerte cuando lo necesito.Le gusta que pasee mi dedo por sus labios, y que me detenga un instante antes de atraerlo hacia mi, y besarlo tan suavemente, casi rozándonos, hasta que empezamos a devorarnos enteros.
Me gusta que pase bordeando mis rasgos, mis cejas, mi mandíbula, la cuenca de mis ojos, mi barbilla. Justo ahí, que se detenga mientras sus ojos verdes memorizan mis gestos. y que juegue con mi nariz, que la trate como si fuera un pequeño corazoncito, según él, visto del revés.

Me gusta escuchar su voz, esa algarabía que produce en mi interior, cálida y dulce, cercana y jovial, distinta a lo que pudieras esperar de su imagen, lo que le hace más sorprendente aún. Le gusta escucharme reír, y lo que dice, espontáneo causa en mi una sonrisa, o una carcajada, que comparte conmigo. Porque aunque no todo sea irrisorio, desde luego no hay nada de momento que nos impida sonreír.

Porque ahora todo tiene sentido, todo tiene su porqué y su para qué. Y es él. La causa, y la consecuencia.
Porque ahora he comprendido que lo difícil no es enamorarse. Lo difícil es hacerlo y que te correspondan con el mismo grado de intensidad.

[...]oh, when your cold
I'll be there to hold you tight to me
When your on the outside baby and you can't get in
I will show you, your so much better than you know
When your lost, when your alone and you can't get back again
I will find you darling I'll bring you home ...


miércoles, 17 de agosto de 2011

XXXIX: El fin de Europa

Todos los días hacemos cosas rutinarias, sin darnos cuenta. Todos los días vemos, tocamos, saboreamos, olemos, oímos cosas o personas que no valoramos hasta que no podemos hacerlo de nuevo. Por ejemplo, respirar. El día que no puedes porque tu nariz está congestionada, te acuerdas de lo importante que es para ti. O por ejemplo, saborear un café dulce. Cuando un día te falta azúcar, la empiezas a valorar. O por ejemplo, querer a una persona. Cuando te deja, te abandona, desaparece de tu vida, la empiezas a echar en falta, comienzas a darle un valor.

Pero también hay situaciones que obtienen mucho más valor, sin que te des cuenta. Por ejemplo una puesta de sol.
Desde que tengo uso de razón, el Sol, el astro rey, se pone todos los días.Y luego se ve la luna. Pero yo no puedo contemplarlo todos los días. No tengo mi oeste cerca, o no tengo tiempo, o no me acuerdo. Por eso, el día que el sol se puso en el fin de Europa, con el mar a mis pies, y el aire enfriando mi cara, comenzó a tener valor. Aunque, cierto es, que comenzó a tener valor cuando a mi lado había alguien que me valoraba por ser yo misma, y que me enseñó a contemplar un atardecer único. El nuestro. Aunque estuviéramos rodeados de gente, de parejas, de montones de amigos que hacían lo mismo que nosotros, era nuestro atardecer.

O por ejemplo, valorar el amor. Porque aún hay gente que se permite no amar, no solo como pareja, sino a su prójimo. Y finge no estar vacío. Pero en realidad lo está. Y en realidad lo añora, aunque no sepa bien que significado tiene esa palabra. Y busca destruirlo donde lo ve, y malmete, y critica, y engaña y traiciona.

Valorar lo que se tiene es tan importante como valorar lo que no se tiene. Y sopesándolo seremos capaces de ser felices, porque realmente te das cuenta de qué es lo que necesitas o no en tu vida.

Yo necesitaba atardeceres marinos, necesitaba unos buenos días a la cara, necesitaba reír porque sí, necesitaba volver a creer en el enamoramiento, y cuando me dí cuenta de que todo eso no lo tenía, y me empeñaba en querer cambiar lo que no era posible, lo encontré. Y soy feliz, y se que hago feliz a quién me da ese amor, y ya no necesito nada más. Sin amor, nada soy.

lunes, 8 de agosto de 2011

XXXVIII: Cuarto Creciente (cuento)

Había una vez, una joven bailarina, que viajaba sin parar alrededor del mundo, buscando actuar en los mejores escenarios, para enseñar a los espectadores que la música era algo más que lo que entendían.
Cierto día, llegó a una ciudad del Caribe, y cansada de tanto caminar y tanto investigar, decidió tumbarse en la playa y descansar.
De repente sintió un ruido muy grande, abrió los ojos, y boquiabierta, visualizó algo que jamás hubiera podido imaginar. Las aguas se abrieron, el Sol, se arrodilló, las nubes formaron un horizonte hermoso, y del mar, salió un dios, de ojos verdes y piel canela, de cabellos ondulados claros, y de torso musculado. Al instante, notó una punzada en su corazón, y sintió que era lo más bello que nunca había visto.

Ella, que ya no sabía si eso era producto de su imaginación, o era real, empezó a taparse la cara y frotarse los ojos. De pronto sintió que alguien tocaba su hombro, y apartaba su pelo de la cara.
- Estoy aquí, ¿no me habías llamado anteriormente?Vengo para nunca dejarte.

Ella, ojiplática, agachó la vista y preguntó que quien era él. Pero al momento se sintió tan atraída que no pudo resistirse más y comenzó a mantanerle la mirada, sin distraerse.

-Los cielos me han mandado para que cuide de ti. Yo era un dios del mar, pero te vi, y me enamoré, y pedí al consejo de dioses que me dejaran ser terrenal para cuidarte, y poder tocar tu piel, y poder besarte en los labios.

-Pero, ¿cómo es posible eso? ¿dónde me has visto antes?¿Qué es lo que se supone que había pedido?

-Hace tiempo emprendí un viaje en solitario, recorriendo el mundo, surcando los mares, jugando con el agua todo lo que quería. Cuando anduve por el Mediterráneo, te vi bailando bajo la luz de la luna, en un espectáculo con mucho mortales alrededor tuya. Sentí la necesidad entonces de tomarte por la cintura y bailar contigo, pero no podía hacerlo lógicamente. Así que he estado mucho tiempo intentando seguirte lo máximo posible, para verte, hasta que por fin, han accedido, y abandono todos mis dones, para poder hacerte feliz. Se que tu corazón estaba vacío y buscabas a alguien para dar todo el amor que tienes dentro. Que no has tenido suerte en el amor. Pero ahora, estamos los dos, para cumplir juntos nuestros sueños.

Ella no comprendía muy bien que estaba sucediendo, ni sus palabras, sólo sentía una fuerte atracción, y se notaba totalmente embelesada, no podía dejar de prestarle atención, y sintió como sus labios se iban aproximando a los de él, hasta rozar la piel más suave que pudiera haber, y el beso más auténtico que nunca le habían dado.

Y los dos se abrazaron, y  no se cuestionaron nada más, sino que se dejaron llevar por lo que su emoción le guiaba, y la luna, en cuarto creciente, se reflejaba en el mar, iluminando algo muy bonito que acababa de nacer.

Dicen, que cada vez que la Luna está en esta fase, los mares se revuelven gritando el nombre del dios que quiso ser mortal para amar a una mujer, porque echan de menos su presencia y tienen celos de que ella tenga todo su amor.

martes, 2 de agosto de 2011

XXXVII: Misión México. El Viaje.

Madrid, Madrid, Madrid, en México se piensa mucho en ti....¡Mentira!
Por más que rece la canción esa letrilla, os puedo prometer que me he acordado de Madrid sólo cuando tuve que rehacer la maleta. Bueno, y de vez en cuando me acordaba de los que se quedaron aquí...o ahí...y no vinieron conmigo.

Ha sido un viaje a pedir de boca. Creo, que pocas cosas más hubiera podido imaginar.
Llegamos el domingo, el vuelo, en hora, asientos, cómodos, y pese a que son 9 horas de trayecto, se me pasaron rápidamente. Me dio tiempo a leerme un libro y medio, una revista, ver una peli y dormir.

Nada más aterrizar, y tras superar el golpe de humedad, que realmente impacta, nos esperaba en el autobús Miguel Ángel, nuestro receptivo. Junto a él, Frank, su jefe. Nos dieron la bienvenida, y algunas instrucciones más, entre otras, nos habían concedido un upgrade (¡gracias Bea!) y nos alojaban en el Barceló Tropical.
Una pasada. Que hotel más bonito, que cuidado, que piscinas más chulas... y sobretodo, que playa. Ay, el mar, yo debo tener alma de marinera, o mi sino es vivir ahí. Cómo me gusta perder la mirada entre las aguas turquesas, y oler a sal y arena, mientras mis pies pasean rozándola suavemente.
Una vez instaladas, había que inaugurar las vacaciones, así que huyendo de los tópicos de los Todo Incluido, cerveza al canto, con lima, por supuesto. Creo que nunca había bebido tanta cerveza, pero es que esa, no sabía igual.
Conseguimos aguantar lo justo, para soportar el jet lag del viaje, así que el martes, con mucho ánimo nos levantamos. 6.30 de la mañana. ¿Cómo? ¡Joaquinaaaaa!, ¡que estamos de vacaciones! no había otra. Así que aproveché mientras abrían los buffets, para escribir un poquito.
Luego, playa, cerveza, tapita, y reunión con Miguel Ángel. Para nuestra grata sorpresa, nos regalaron dos excursiones. Debió ser que le caímos excesivamente bien, cosa de la que estoy tremendamente agradecida. Así que elegimos Chichen Itza, Cobá y Tankha y compramos la de la disco de Cocobongo.

De Chichen, que ya lo conocía, me quedé con más explicaciones ya que el guía era muy bueno. Incluso nos enseñó a contar con los símbolos mayas. Calor, sí, pero mereció la pena.

De Cobá y Tankha, me quedo con la experiencia de subir una pirámide desde donde se divisa gran parte de la selva, un cenote y otras ruinas mayas. Me quedo con la sensación del aire en mi cara, manejando la bicicleta, con el agua fresca  y transparente del cenote, y con la rica comida típica del lugar.

De Cocobongo, para el que no lo sepa, es una discoteca-Show, donde actúan haciendo performance de artistas como Elvis, Madonna, The Kiss...entre otros. Fue muy divertida la noche, tenía a un mexicanito que nos servía las bebidas, echaban globos de colores, serpentinas, cañones de papelillos, y la gente gritaba, bailaba, enseñaba el culo...ejem...bueno, eso las guiris putillas que estaban desbocadas...en realidad, parecía un poco Sodoma y Gomorra...pero igualmente, divertidísimo.

Otro día decidimos ir a Tulum, con el colectivo, que viene siendo una Van, donde por 3$ te recogen en la autovía (sí, las autovías se pueden cruzar andando, puedes pararte, e incluso cambiar de dirección en mitad del carril)y te dejan en los sitios más típicos. La rubia siempre paga, como diría Ana...La entrada a Tulum cuesta 51 Ps, es decir, 5$. Eso sí, hay otras formas que incluyen guías, trenecito e incluso una visita desde un catamarán. Pero elegimos la forma a nuestra bola. Es uno de los sitios con más encanto, una fortaleza a pie de mar, frente a uno de los arrecifes más grandes del mundo. Cerca, hay otras dos playas públicas: Santa Fe, que está vacía y Paraíso, que está categorizada como una de las mejores playas del mundo, pero llena de turistas. En el camino hasta las playas, puedes ver una increíble cantidad de iguanas, cangrejos enormes y mosquitos chupasangre. Hay que echarse antibichos.

También nos dio por visitar Playa del Carmen, una noche, después de cenar en el japonés del hotel. Además, habíamos quedado con una familia con los que estuvimos hablando en la playa, muy simpáticos, de Huelva. Estuvimos en una discoteca al aire libre, en la única donde nos dejaban pasar con el chico que era menor. Y realmente lo pasamos bien hasta que empezó a diluviar y cayó un tremendo rayo en mitad de la pista. Aún así, esa noche me encantó la tormenta, me sentía tan protegida, que incluso volviendo al hotel, hubo un momento de acojone múltiple, creo que me hubiera dado igual cualquier cosa que hubiera pasado.

No he parado, he de decirlo. Ni siquiera los ratos del hotel, ya que participaba también en las clases de aquagym, en las de baile...Conocimos a gente muy interesante de otros países,incluso descubrimos que hay gente tremendamente guapa oriundos de Mérida; otros, muy cansinos, bailé bajo la lluvia, comí de todo y hasta marisco...(bueno, algo), bebí cosas nuevas, me reí cada mañana al despertar  diciendo tonterías de las que salen estando de vacaciones, contemplé un amanecer de lo más bonito, dormí 15 minutos en 24 horas,hablé en spanglish, me mecí en hamacas, no me quemé, no me picó ningún bicho...y hasta me terminó abanicando un negro...así, queda un poco racista, pero, os cuento la última anécdota:
Derrick y André, californianos, intentando hacer amistad con nosotras. Derrick, un armario empotrado color wengué. Sentado a mi lado, contándome cosas en un castellano bastante divertido. Parecía que estábamos jugando al Party, con tanta mímica. En esto, que empiezo a abanicarme, por el calor. Y el muchacho, muy cortés, me dice que no me preocupe, que el me abanica. ¡Ana! ¡Ana!; cruce de miradas, y las dos empezamos a reírnos malvadamente, dada la situación. Claro, ellos no entendían nada, pero sonrieron para la foto. El día que se enteren de la expresión: Sólo falta un negro abanicándome, se acordarán de mi y de mi familia, probablemente.

Realmente, lo que todo empezó con un poco de nervios, como os conté en el anterior post, terminó siendo una grata experiencia, y de nuevo, una cantidad infinita de recuerdos y buenas sensaciones grabadas en mi memoria.

Madrid, Madrid, Madrid, en México no se piensa nada en ti.