lunes, 28 de septiembre de 2009

Capítulo 84: Violeta

Hay que ver, que tonterías más grandes pueden hacerme sonreir. Hacía unos días, que quería hacerme con ella. Por su olor, por su suavidad, por su belleza. La quería, porque necesitaba dar mis cuidados, sentirme implícita en la vida de ella.

Se llama Violeta, es de áfrica, aunque en esta ocasión viene de Martinica.Eso si, de piel delicada, el sol no le puede dar directamente, y hay que hidratarla a menudo. Es moradita, y el tiesto se lo cambiaré dentro de poco. Sí, es una macetita de estas de flores pequeñas, no me he cambiado de acera.

La cuestión, es que algo tan simple como esa cosilla, me ha hecho sonreir. Pero, todo tiene truco. Me ha hecho sonreir porque estoy predispuesta a ello, porque últimamente, sonrío porque sí, canto porque sí, y sueño despierta. Hablo por lo codos sin decir nada, y suspiro constantemente.
No se que me pasa, pero necesitaba cuidar de algo, ya que lo que me gustaría de momento es inalcanzable.



domingo, 20 de septiembre de 2009

Capítulo 83: Cobardes y verdades

Como os dije en el capítulo anterior, esta semana realmente ha sido dura para mi.
Me han ocurrido cosas, importantes, muy importantes para mi equilibrio psicoemocional, que si no estoy más chalada es porque Dios no quiere.

El caso, es que aquel punto de no retorno que me prometí a mi misma, lo mandé al carajo a cambio de satisfacer mis instintos más primitivos. Eso, por una parte.
Por, otra, y casi más impactante, reencontrarme con mi pasado de manera casual; Yo, con él, porque resulta que pocas explicaciones tuve que dar a cerca de mi vida, ya que la había estado siguiendo a través de mis páginas. Realmente, el hecho, me impactó, pero no he de darle más importancia de la que tiene. Una, simplemente ha de demostrar que es una señora hasta en las situaciones más adversas.

Pero lo que realmente me incumbe para escribir, a estas horas, y con la que está cayendo, seguro en cualquier sitio (aquí por suerte, las lluvias han remitido), es ese tema que otras veces he alabado, y que hoy, más que nunca, me arrepiento un poco de ello.
No me gusta ser segundo plato de nada, ni comodín, ni alternativa C, ni compromiso. Pero, parece ser que con ciertas personas esa debe ser mi actitud.
Sobre todo, lo que más me duele es que no se donde han visto en mi ese ogro que se cabrea, insulta, blasfema y patalea cuando algo no es de su gusto. No se, que dificultad hay para decirme una verdad. Y no se, porqué cuando no deben decir la verdad, la dicen y lo joden todo.

Me duele, que se me cuenten las cosas un mes después de ocurridas, por falta de valor. Me duele, que no se me conteste a un sms, aunque sea para darme una mala excusa. Me duele que se me mienta para sacarme información personal sin pensar en cómo me puedo sentir.

Yo, no soy así, no quiero ser como ellos, no me sale del alma. Pero tengo mis límites.
Y lo que más me duele, es que me sepan apreciar desconocidos y me busquen para encontrar su momento de paz conmigo, y no lo hagan los que consideraba como "apéndices articulados".

C.W dixit


martes, 15 de septiembre de 2009

Capítulo 82: Un, dos, tres, despierta!

Rara, hoy me he sentido muy rara. La vuelta de las vacaciones, igualito que un cubo de agua helada por la espalda. No por el trabajo en si, si no por la cantidad de cosas que mi mente ha tenido que asimilar hoy de golpe. Vayamos por partes, que tengo muchas cosas que contaros.

La vuelta de un viaje siempre se hace intensa. Sobre todo cuando el viaje en si lo ha sido. Este, ha estado cargado de afecto y de sentimientos múltiples. Un viaje tranquilo y movido a la vez. Tranquilo, por viajar de nuevo con mi compañía, con la seguridad y la comodidad que tiene un buque como Zenith, y el hecho de visitar seis ciudades distintas(Helsinki,San Petersburgo, Tallin, Estocolmo, Gdynia y Copenhague) de seis paises distintos sin deshacer maletas, y sin ningún riesgo.Tranquilo, por el hecho de viajar con mi madre, con mis hermanas, sus respectivos bebés y uno de mis cuñados como representación masculina.
Pero movido, por esto mismo. Y es que hace dos años que estoy fuera de casa y se me había olvidado lo "escorpionas" que somos mi hermana y yo, el llanto de los bebés que no atienden a horarios, y las miradas con sorna de mi madre.

Pero como no es un diario de viaje, aquel que quiera conocer más al respecto, nos tomamos un café y yo explico con documentación grafica si es preciso más cositas de él.Aún así, me lo he pasado genial, he conocido, he comido y he bailado pensando que podría ser la última vez, para disfrutar al máximo. He dejado mi pañuelo caer para que otros lo recogieran y he vuelto a marcar territorio casi sin pretenderlo.

Pero también esta semana he sentido la añoranza por los que no pudieron acompañarme, por los que noche tras noche no estaban conmigo haciendome sonreir. Y creo que el motivo de mi rareza de hoy ha sido simplemente darme cuenta de ello. Ser consciente de que mi arco tira flechas de manera automática y no las controlo.
Se que habito en la mente de algunas personas con una reciprocidad un tanto especial, pero de manera fría y casi irreal se que no sirve de nada.
Cada vez creo menos en que la amistad entre un hombre y una mujer sea posible, siempre uno de los dos quiere inclinarse más como un balancín de parque, eleva al otro que en algunos casos cede, hasta que no soporta su verdad y echa todo su peso de nuevo, y hace daño al otro, que sale disparado por los aires aterrizando de golpe contra la arena de la realidad.

Porque lo malo de esas amistades, no es perder o no perder a la persona en si, sino interpretar mal las señales, no dejar las reglas del juego establecidadas y dejarse "elevar". Y luego, te encuentras con la crisis de los 28, donde aquel que curiosamente había endulzado tus oidos, y había hecho creer que andabas por un camino de algodón, redescubre que o bien quiere retomar su camino perdido, o de pronto, con el mayor romanticismo del mundo, decide casarse y dejarte al margen total de su vida, sin avisar ni siquiera.

Por desgracia, estas cositas van mellando poco a poco el camino que pensé alguna vez seguir, lo hacen más duro, y más desconfiado, menos inocente, más maduro. Pero sentirse rara, me gusta, me hace creer que mis cosas me hacen unica en mi mundo.Y al fin y al cabo, es en mi mundo donde habito.



viernes, 4 de septiembre de 2009

Capítulo 81: Feliz

Llevo unos dias en silencio, lo se. Mucha culpa de ello, lo tiene el caos mental por el que estoy pasando, nada importante, nada no importante. Es decir, las ideas en mi mente se agrupan por categorías, las voy clasificando, pero todo tiene la misma importancia, puesto que forma parte de mi.

El caso, es que una de las ideas que me ocupa mi tiempo mental, es la felicidad. Es muy difícil definir que es la felicidad. Quizás sea más fácil decir que es lo que no nos hace felices.
Que me digan que trasmito paz, me hace feliz. Que me digan que solo pasaban a saludarme, porque sentían que me añoraban, me hace feliz. Que me digan desde la otra punta del planeta, que me quieren, me hace feliz. Porque se que son cosas que salen del corazón, que yo no he hecho más que estar ahí detrás y de pronto, recibir este tipo de comentarios es todo un soplo de oxígeno a mis pulmones.

Desde que era una pubertilla me he dedicado a repartir mi impetu y mi felicidad en distintos ambitos. No se si lo consigo con gran intensidad o no, pero me basta con que una mueca de dolor se convierta en sonrisa.
En ocasiones, mis esfuerzos, no han dado el resultado que esperaba, pero mi conciencia está tranquila por saber que todo mi yo, estaba haciendo lo máximo posible para conseguirlo.
En otras ocasiones, parece que no estoy haciendo lo correcto, o que he dado señales y se han interpretado mal. Y es ahí cuando me retiro, pero lo hago por la verdad. El dolor por desamor es más pasajero, que el dolor por la mentira.

Será que anochece antes, será que tengo mi lado escorpio más activo, será que me hacen sonreir muchas veces al día, o será, simplemente, el equilibrio vital de mis sentimientos. La cuestión, es que aquí, la que escribe, intentará hacer todo lo que esté en sus manos, para que el que lo necesite, sea feliz conmigo.