jueves, 22 de octubre de 2009

Capítulo 88: Infinito

El cielo es azul intenso, está lleno de nubes blancas que dejan paso entre sí, formando una perspectiva relajante. Se aproxima lluvia, aunque parece que por la velocidad del viento, solo será un instante.
A veces me gustaría estar en lo alto, divisándolo todo con la cabeza gacha. Respirando el silencio, y saboreando el olor a nada. Solo algunos privilegiados pueden habitar en un trocito de nube, y pasear con garbo dejando un rastro tras de sí, para que los demás mortales podamos soñar con ser ellos.
Es difícil escapar de lo mundanal, de la rutina, pero es lo que hay. Al menos, en mi caso tengo la suerte de tener una rutina, y más suerte aún, la capacidad de escapar de ella cuando me place.

Estoy perdida en una melodía, me imagino saltando entre las notas de un pentagrama, porque lo único que ahora mismo tengo es la imaginación. Nadie me la podrá arrebatar nunca.
Cuento los días para poner en funcionamiento mi plan de cambiar el mundo, pero creo que es más fácil empezar por mi misma. Aunque a decir verdad, para saber que tengo que cambiar, debería empezar por saber que es lo que no está bien.

No se dónde estarás tú. No se dónde querrás estar, ni si querrás estar conmigo. Pero se que aún no estás cerca, por mucho que el viento te mueva rápido, por muy veloz que sea tu nube, o muy linda que sea tu melodía. Por ahora, sigues



en mi infinito.


domingo, 18 de octubre de 2009

Capítulo 87: Písale más

Cual Telma y Louise, pero sin Brad Pitt y sin pañuelo en la cabeza, el viernes por la tarde, después del trabajo mi partner trip, Hanna y yo decidimos hacer una visitita a la Feria de Jaén 2009.
Hacía dos años que no la pisaba, y para mi sorpresa, ha cambiado gratamente. Para la sorpresa de Hanna, no se trataba de una verbena de barrio como las de de Madrid, ni mucho menos.
Así que una vez cenadas en casa de mami, y junto con mi primo, más conocido como "primo Larry" por eso de ser de tierras lejanas, nos bajamos al ferial a mover el esqueleto durante un buen rato.

El sábado nos sorprendió la mañana con un soletón como de costumbre, reflejándose en el bloque de enfrente. Una barbacoa familiar, y un rato de charla de viajes, planes, y risas de otros momentos.

Pero lo bueno se aproximaba a partir de las 9.30. Cena con mis amigos de Linares, y posteriormente, más casetas, más música, más copas y más gente. Lo curioso, la mezcla de personas que estábamos, cada uno, de su padre y de su madre....En la variedad, está el gusto, desde luego, pero siempre es grato coincidir con viejos amigos, y amigos contemporáneos.

Así que hoy, y ya que Juan me miró indignado anoche porque aún Hanna no había visto nada más de Jaén que el recinto ferial y la casa de mi hermano, hemos ido las dos de turistas, por el casco antiguo, al castillo y a la catedral. Le he dicho que en próximas visitas se lo enseñaré todo mejor. Pero, le ha gustado, que es lo que importa.

Y como Telma y Louise de nuevo, hemos puesto rumbo a la capital de España, sin saber cuando hemos arrancado el coche, que nos esperaba un viaje muy entretenido. Y es que como siempre me tienen que pasar cosas raras, hoy hemos vivido una persecución de un panda negro, con una L al revés, y dos pavos dentro, que cada vez que nos adelantaban, se reían, y cada vez que los adelantábamos , nos sacaban la lengua. Y, jugando a ser más listas, los hemos logrado despistar metiéndonos en una estación de servicio. Ellos, como planeábamos, se han metido detrás nuestra, pero cuando bajaban del coche, les hemos dicho adiós desde el nuestro. Quizás la merienda nos hubiera salido gratis, pero no lo queríamos comprobar. Eso sí, nos hemos reído mucho a su costa cuando nos han visto pasar, unos veinte minutos después por su izquierda, bajo la directriz de Hanna, písale más ahora, que les voy a decir otra vez, Adiós!



miércoles, 7 de octubre de 2009

Capítulo 86: El morbo de la paternidad

No sabría explicar bien porqué, sobre todo, no tengo ninguna base científica para ello, pero si creo que es algo que pasa con frecuencia no solo a mi.
Y es que, el ver a un hombre con un bebé en brazos, o sonriendo cuando tiene alguno cerca, da morbo. Al menos, a mi me da. No con todos, valgamedior!pero si con un porcentaje bastante alto de estos casos.
Y es que, la culpa de ello la tiene Brad Pitt, que quien no quisiera adoptar una tribu de esquimales si hace falta con tal de que él los lleve de la mano a tu lado!!. Bueno, la verdad que la culpa la tiene el cine o la tele, como casi todas las cosas, véase el caso de Padres forzosos, ese tío Jesse Katsopolis en plena acción.
El hecho de ver a un chico, con un atractivo por ejemplo, del 70%, abrazando a un bebé, puede subir ese porcentaje a lo máximo, a parte de dar que pensar las siguientes cosas:


- oyyyoyoyoyo!, que bonico/a (hacia el bebé)
-pues a ella seguro que no se parece
-uy, que padre tan mono
-que cerda la que esté casada con él
-aunque, ahora que lo pienso, a él no se le parece mucho
-será quizás el tito,¿ o un amigo de los padres?
-o sea, que hay una posibilidad de que este hombre esté soltero
-y si le gustan los niños, eso quiere decir que tendría alguno
-mmm, o sea, que a parte de mono, predispuesto a la paternidad
-y que brazos... Mira con que fuerza lo sujeta...
-y si es capaz de coger asi 8 kilitos, tiene que dar unos abrazos geniales
-mmm.... Y si es capaz de abrazar asi, mmm... este tio te tiene que coger y dejarte hecha polvo...
-y hablando de polvos...¿cuando fue la última vez que...? Ejem.. Mejor vamos a centrarnos... Por cierto, ahí viene la madre de la criatura... Sí, se parece a ella.. Cerda...y sí, mira como le come la boca a su marido... Vale vale, ya lo he captado..
Pero que sepas que despues de haber parido, no has recuperado la figura, mona, y que el amor se rompe muchas veces...Y que seguro que yo lo haría más feliz!! Además, mis genes son muchos mejores que los tuyos!!! Seguro que está contigo porque le engañaste diciéndole que estabas embarazada...

Sí, exagero un poco, y sí, las mujeres somos así de malignas....

sábado, 3 de octubre de 2009

Capítulo 85: Bobi

Bobi es parte de mi vida. De mi infancia, de mi pubertad y de mi madurez(hasta el momento).
Bobi fue un regalo de papá. Recuerdo el momento como si de ayer se tratara. La imagen nítida de ir con él por el parque de la Victoria de la mano derecha, mientras mi hermanito seguía nuestro paso torpemente cogido de su mano izquierda. Y a la entrada de dicho lugar, ver un puestecito de peluches de un chico marroquí. Recuerdo la cantidad de "bobis" puestos en fila, justo al lado de los tigrecitos de rayas fucsias y blancas.
No se por qué, pero yo lo cogí a él. Imagino que por ser rosa y pequeñito y no tener pelo. Nunca me han gustado los peluches, y hoy por hoy, menos aún. Pero era un regalo de papá, y se convirtió en el nexo más cercano cuando estaba lejos de él.
Abrazarlo, dejarlo entre mi cuello y mi hombro mientras dormía, besarlo o contarle lo que me preocupaba era como hacerlo con papá.
Y poco a poco, Bobi me fue acompañando en todos mis viajes. Era mi amuleto, y si alguien lo tocaba, me ofendía. Bobi es Maite, así lo ven en mi casa.
Ya no viaja conmigo, ahora me espera siempre en la cama, porque tengo miedo de que se rompa algún día. Ya no tiene pequitas, solo dos cerca de la nariz, que le hace parecer un koala, y aunque tenga 18 años, perrunos tiene...más...se mantiene joven. Y me mantiene joven,me hace volver a sentirme pequeña y en mis momentos más tiernos, me hace recordar aquel día que papá nos llevó al parque, donde el sol nos calentaba a los tres, donde mis pies se llenaban de arena y mi sonrisa se fundía en el aire con cada achuchón en el columpio.
Me hace sentir tranquila, pero sobre todo, me recuerda lo feliz que he sido bajo la protección de papá.