jueves, 29 de julio de 2010

XVII: Yo también quiero ser como la Lomana

Aunque parezca mentira, es una realidad que todas las mujeres hemos pensado alguna vez lo mismo. Bueno, muchas veces pensamos lo mismo, creo que va en los genes. Pero a lo que me refiero es a la frase: " a ver si encuentro un viejo que se muera pronto y me deje la fortuna".

Luego somos muy románticas, pensamos a menudo en nuestro príncipe azul y todas esas moñadas...pero, lo de lucir poderío sin costar trabajo, es una idea muy apetitosa.
Así que he decidido que quiero ser como esta mujer. Pero sin botox, que te deja tonta.

Y aunque la pobrecilla se quedó viuda y sin hijos, creo que llorar a bordo de un yate no duele tanto.
Es cierto que el dinero no da la felicidad, pero ayuda bastante.

Habrá que probar un día,¿no? le cambio mi vida por la suya, solo por probar como debe ser, levantarte en un casorron en pleno centro de Madrid, que la chica de servicio, te tenga preparado el desayuno, en el baño todo ordenado y limpio. Una estilista que te deje la ropa programada que te tienes que poner para que cuando el chofer te pase a buscar, tu ya estés preparada. Porque en Louis Putton te están esperando a las 12 de la mañana, para que elijas el bolso que vas a llevar en la fiesta que tienes esta noche en Ibiza, con otros tantos de tu estilo.
Todo eso, antes de comer en Horcher con la Hilton (que menuda se pone con dos copitas de vino). Porque el avión privado nos estará esperando en Barajas sobre las 6, y antes, he tenido que pasar "aque" Rupper para que me arregle los rizos.

La fiesta, me han dicho que es a las 22horas, así que cuando llegue al Hotel Mirador, me dará tiempo a ir al spa a que me den un masajito.....Es que de verdad, la agenda la tengo muy apretada!
Y luego, nada, a disfrutar con el baile, que ya me devolverán al hotel si yo no me entero de como llegar, y mañana, pues me ha dicho Cloony que me invita a comer ya que está aquí en España, así que no se que ponerme, tendré que ir por la mañana de compras, o mejor, decirle a mi personal assistent que me traiga la colección de V&L aquí al hotel, que no me apetece madrugar....

Mientras yo hago todo esto, la Lomana, tendrá que levantarse a las 7.30, lidiar con mi compañera de piso para usar el baño, sacar la leche del frigo, la del Eroski y una triste napolitana.
Entrar de nuevo a la habitación, abrir el armario y pensar que es lo que le toca ponerse para las visitas del día, sin pasar mucho calor, sin que sea incómodo, y que vista. Y que no lleve mucho escote. Y los zapatos a juego...
Coger la carpeta, los displays, los posters, el folleto, el abono transporte y la madre que me parió, y salir a la calle. Contestarle a la Puri, a la Choni, a la Jenny, a la cansina de turno que no tiene paciencia para esperar una documentación y a la otra que no tuvo luces para cobrar una venta... Todo esto, por supuesto con una sonrisa. Esperar, andar, contar lo mismo, andar, subir y bajar en el metro, andar, andar, andar...Buscar sombras.... Y a las 2 parar....volver a casa, prepararse la comida, que no hay ni ganas, ni mucha variedad....fregar.... preparar cosas y contestar las pendientes... y salir, de nuevo, sobre las 16.15, aprox, con la sienta, con el calorcín...y andar, y entrar, y esperar, y contestar, y repetir lo mismo otras 5 veces... así, hasta las 8 de la tarde.... LLegar a casa, llamar a la otra casa, preparar la cena, recoger la ropa....mirar el facebook, y sobar.Y hasta mañana, que será más de lo mismo. Todo ello, por algo menos de lo que ha costado ese bolso que yo me compré en LV.

Pero al menos, yo no estoy viuda.


martes, 27 de julio de 2010

XVI: Traumas

Siempre he tenido una rara sensación de presentimiento con mi muerte. Suena fuerte, eh?
No es tan duro como parece ni mucho menos, pero, y aunque no creo en la reencarnación, pues no es de mi religión, si pienso que algo tuvo que pasarme como para pensar así.
Y es que, no se por qué, pero siempre le he tenido mucho miedo a los coches. No montarme en ellos, pero desde niña, recuerdo ( y mis hermanos más y se mofan de ello) cómo cuando cruzábamos un paso de peatones yo indicaba a los vehículos que se pararan, haciéndoles un gesto con la mano de "stop".
Hoy en día, no hago eso. Pero, no se por qué cuando voy conduciendo tengo la sensación de que desapareceré de una forma trágica y joven....o a lo mejor no tan trágica, pero si en coche....Yo no quiero vivir 100 años y chochear desde los 60.Prefiero terminar con un final feliz.Son paranoias, lo se, pero no me da miedo pensarlo.
A lo único que le tengo miedo en esta vida son a las tormentas y al agua en cantidades industriales( y de eso si tengo trauma y el culpable de ello). Lo de morir, lo tengo tan asumido, que como dijo alguien sabiamente, " será lo último que haga".

jueves, 8 de julio de 2010

XV: La niña bonita

Nada tiene que ver el título con el desarrollo del post.
En concreto, ni siquiera he planeado de que iba a ir este post. Pero llevo días pensando en voz baja, miles de ideas que rondan por mi cabeza.
Y es que me subí a la noria hace unos meses, y subo, y bajo, y subo, y bajo....y cuando subo, hay vistas geniales, y todo me encanta, y vuelvo a ser la de siempre, riendo, haciendo bromas, bailando sola...pero cuando bajo, ay! cuando bajo me dan ganas de salir corriendo, donde nadie me conozca, dónde no haya ni metro que me obligue a reflexionar sobre falanges, razas, vestimentas y manías.
Cuando baja, quiero tirarme de cabeza antes de que pare, y que el señor de los tickets me pierda de vista.
No se si me sigues, supongo que no, ya que se por varios lectores a los que les gustaría que fuera un poco más explícita. Pero yo soy así. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

Algún día, próximamente, desarrollaré ese tema de "falanges" que corroboro con cierta asiduidad. De momento, me escapo la semana que viene a volver a tirar los problemas al mar. Definitivamente, creo que me voy a hacer marinera, pues es sólo cuando me hallo ante tal inmensidad, cuando consigo estabilizarme, y parar este "cacharrito" arriba del todo, donde se divisan las estrellas, donde da la brisa, donde se respira el aire más puro, y donde un beso sabe aún mejor.