jueves, 15 de mayo de 2008

Capítulo 7: Welcome to my home


Vigilia. Así estaba yo. En estado de vigilia. No todos los días le nace una sobrina a una. Así que cuando me llegó el mms con la carita de la niña recién nacida más guapa del mundo ( y no es amor familiar) me dispuse a planificar el viaje a casa de mis padres. Pero era sábado, tenía visita, y unos planes que prometían, así que lo dejé para el domingo.

Dispuesta con mi maleta, mi amiga al lado, y el portátil rosa microsatinado en la espalda, cogimos un tren que nos devolvería a la vida hogareña y me alejaría del bullicio, la contaminación, el jaleo y todo aquello que tanto me gusta de Madrid. Entre la música, y el sueño provocado por una noche de desfase total (lo dejaré para otro capítulo)el camino se hizo corto realmente.

Y la conocí. Y babeé. Y sonreí al ver como algo tan pequeñito representa la vida, el amor, la felicidad, la plenitud de la familia.


Me instalé en casa de mis padres; en principio, el viaje era para tres días, pero una llamada desde el trabajo, me hizo plantearme el cogerme la semana de vacaciones. Y lo que no quería, se está produciendo.


Aquí no aguanto mucho, porque el exceso de cariño maternal me descoloca después de vivir a mi aire en la capital. Que si nosecuantos tipos de dulces, que si me levanto a las tantas, y me acuesto a las otras tantas, que si me echo mi siestecita. Todo a pedir de boca. Claro, luego me toca regresar a la realidad y el golpe es duro...pero realmente lo estoy deseando.


Esta es mi casa, y lo será toda la vida. Aquí tengo a mi familia y a parte de mis amigos, mi ciudad, mis costumbres. Pero en Madrid está ahora mismo mi vida. Y es lo que me gusta.


Eso sí, en este descanso hogareño, he aprovechado para terminar mi página web y darme un poco de promoción.




Welcome to my home

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