viernes, 1 de junio de 2012

XLVIII: Rodando

Yo soy de las que creo que la inspiración viene cuando una tiene los ojos abiertos. Hay veces, que situaciones o sentimientos muy muy intensos, nublan esa inspiración. Estoy segura que cualquier pintor, diseñador, o creativo en general apoya mi creencia.
En mi caso, me nubla el amor.
Desde mi anterior post, han pasado y he vivido muchas cosas.  Hay días que estoy por las nubes, como la prima de riesgo, y hay otras veces que estoy por los suelos, como el salario de los españoles. Pero también hay días que algo en mi me empuja a hacer nuevas cosas.

Me regalaron unos patines para Reyes, con una clara función, que moldearan mi figura; estaban guardados en la terraza. Se ve que el profesor sintió cargo de conciencia, cuando le dije que estoy muy contenta con mi cuerpo, y no lo quiero cambiar. Y las clases cesaron.
Pues hoy he sentido que tenía que cogerlos, que tenía que ponérmelos y aprender sola. A la mierda lo del ejercicio, me gusta mi culo. Es más bien cuestión de orgullo. Yo puedo, y lo haré. No digo que vaya a ser a mi edad patinadora profesional, pero me conformo que en una tarde haya conseguido ponerme de pie sin agarrarme, y moverme por todo el piso sin caerme ni una sola vez.
He de decir, que estas cosas es más fácil hacerlas cuando tienes 6 años, y no mides 1`70 puesto que el tortazo no es tan grande. Pero cuando tienes esa edad no eres consciente de que tienes que ir aprendiendo cosas que luego tendrás que utilizar para que nadie se ria de ti.

Hay veces que decimos frases  "con derecho" y hasta que no vemos el dolor que producen, no somos conscientes de que no son las correctas. Hay veces, que creemos que seguimos teniendo obligación a saber cierta información por el afecto que hubo. Pero no nos damos cuenta de que si hablamos en pasado, ya no hay que mantenerlo en el presente.

Hay veces que no nos damos cuenta de cuanto queremos a una persona, hasta que no la vemos hundida, débil, y levantándose  sola. Entonces, y solo entonces, es cuando le regalamos un abrazo y le perjuramos que es lo mejor que nos  ha pasado en la vida.

Hay veces, que es mejor abrir los ojos, y salir rodando solos, sin que nadie que no nos acepte tenga que hacernos el favor de enseñarnos.

Y hay veces, que cuando las cenizas del pasado creen que pueden volver a prender una llama, no te queda otra que ser un agua gélida, que las apague, y las destruya para siempre, para que no consigan quemar lo que tú tienes que sacar a flote.

1 comentario:

Jesús dijo...

Pues no me ha quedado claro si te caíste de culo con los patines, con tanta filosofía :P